Por Manuel Barea (con la ayuda de Theresa Grandinger)
Estoy sentado en frente de una chica de Austria que toca la
guitarra. A su lado, una chica de Bielorrusia está cantando una canción. Una
alemana, una irlandesa y otra polaca intentan cantar también. El resto de la
gente, gente de países tan diferentes como Rumanía, Francia, Eslovaquia, o
Italia; escuchan excitados mientras hablan entre ellos. El momento no puede ser
explicado con palabras.
Bienvenido a Rozmberk, bienvenido a la interculturalidad,
bienvenido al deseo de compartir.
Estaremos en el arrivaltraining por una semana. Esto tiene lugar durante el Servicio de
Voluntariado Europeo. Una de las “becas” reales que todavía existen en Europa y
que es 100% aprovechable.
Pero ahora vamos a hablar del arrival: 1 castillo, 3 monitores, 7 días, y 27 personas intentando sacar
el máximo jugo posible a lo que podemos denominar: aprendizaje intercultural.
Hay gente de la mayoría de las regiones de Europa con carácter y mentalidad
totalmente diferentes. Todos ellos trabajan en la República Checa y esta semana
se van a encontrar con dos objetivos principales: aprender y enseñar.
Todo tipo de actividades ante ellos. Al principio ellas
buscan la integración. Toda la gente está preparada para sentirse parte del
grupo. Puedes sentirlo, puedes respirarlo. Se ayudan unos a otros y comparten
lo que tienen en ese momento. Y no solo hablo de materiales, hablo de
sensaciones y emociones.
Todos hablan sobre ellos mismos. Sobre sus proyectos. Sobre
las razones que le han hecho estar aquí y sobre dónde quieren ir.
Las actividades continúan y los participantes no tardan en
saltarse el guion. La mayoría de ellos ofrecen algo con lo que compartir su
talento e intereses. Nuevas formas de contribuir al grupo: Una fotógrafa hace
una stop-motion movie . Un profesor
de educación física propone hacer juegos deportivos, una chica polaca ofrece
graciosas formas de aprender la pronunciación de su lengua. O un periodista
propone escribir esta crónica.
Todas las proposiciones se llevan a cabo oficial o
extra-oficialmente. Todo sin el mínimo atisbo de problema y con la máxima
predisposición. Sentirse parte de un grupo es importante y puedes verlo en cada
minuto de esta experiencia. Todo fluye de manera fácil.
La semana está a punto de terminar y la gente está tan
contenta que proponen ir a Austria para estar juntos un día más. Para hacer más
larga esta experiencia ya moribunda. También hablan de quedar en algún lugar de
la República Checa dos semanas después para no perder el contacto.
La semana ha terminado y muchos de ellos coinciden en que ha
sido una de las experiencias más apasionantes de sus vidas.
¿Tú también quieres sentir esto? Entonces no te limites a
leer esta crónica. Forma parte del Servicio de Voluntariado Europeo. Tú corazón
arderá de emoción J.
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