
Es primavera y el buen tiempo les acompaña, el viaje es corto y agradable, un vagón de tren lleno de ilusión, gominolas y dos maletas de materiales.
Una vez llegamos a Hrádek nuestro casero cargo en el maletero de su coche todas nuestras pertenencias para seguir acercandonos con alegría y sin pesos hasta la casa rural donde nos hospedaríamos esos días. El camino era encantador, es un placer acercarles a estos niños de ciudad los olores y costumbres del campo, pudimos ver ciervos, caballos, gallinas, liebres, aguiluchos, escuchamos pájaros carpinteros y búhos, tardamos mas o menos una hora en llegar.
El casero explicó horarios y normas, repartimos las habitaciones donde pudimos disfrutar un rato antes de comer, instalarnos y familiarizarnos con el entorno. Después de comer tres de nosotras fuimos a preparar la gymkana de esa tarde en el bosque, marcando con papeles de color el recorrido y dejando las instrucciones en cada una de las pruebas (cinco en total), pruebas de todo tipo, físicas, de memorización, cooperativas, etc. Una vez preparado el juego juntamos a los niños y mientras una de nosotras les explicaba el funcionamiento las otras tres nos escondimos en nuestros respectivos puestos. Repartimos a los niños en parejas y dándoles un margen de tres minutos entre ellos comenzó el juego. Es un placer verles excitados e ilusionados por pasar cada prueba, es una oportunidad única para que jueguen entre ellos, volviendo a ser niños por unos días.
Tras este juego llego la hora de descansar, ducharse y prepararse para la cena. El comedor era precioso las mesas tenían flores naturales en pequeños jarrones con la imagen de la casa y la atención no pudo ser mejor, nos servían la comida y nos proporcionaron te para todo el día (algo que debe ser típico en República Checa ya que en el training de llegada también nos lo ofrecieron).
En ese mismo comedor realizamos la velada nocturna, una gala de Factor-X, donde pudimos descubrir unas voces muy bonitas y muchas ganas de divertirse. Las educadoras fuimos el jurado, interpretamos el papel de diferentes personajes famosos y tras cada actuación mostrábamos nuestro cartel de si o no (ano nebo ne). Realizamos tres fases, con descansos para publicidad y antes de la final nos cambiamos los papeles, ellos se sentaron en nuestra mesa y nosotras hicimos dos actuaciones en parejas, españolas contra checas. Desde luego ganaron ellas, con un par de canciones checas los tenían en el bolsillo aunque nosotras les cantamos la canción de "soy una taza" y les invitamos a bailar con nosotras la macarena (que les encanta).
A las once de la noche ya estaban todos en sus respectivas habitaciones con las luces apagadas.